Uno de los problemas más complejos del desarrollo sostenible es la manera con la que el mundo satisfará la necesidad de producir alimentos para millones de personas. Muchos países en vías de desarrollo no pueden dar respuesta a uno de los derechos humanos más fundamentales: el acceso a los alimentos. Sin embargo, esto no se debe a causas naturales, ya que una tercera parte de la población de los países del Sur practica la agricultura en climas y suelos favorables. Esto es así por temas relacionados con la infraestructura.
Por tanto, para garantizar el consumo de alimentos desempeñan un papel fundamental no solo los aspectos productivos, sino también la posibilidad de conservar la comida y los recursos alimentarios. Aquí entra en juego la cadena del frío, que representa un elemento clave para el reto de la nutrición del planeta. Se trata del uso de tecnología para controlar la temperatura en el proceso de transporte de productos perecederos. La idea de la cadena de frío es controlar y prevenir el desperdicio en la cadena de suministro de productos perecederos, que sin la temperatura adecuada se convierten en desechos.
En concreto, en África Occidental solo el 3 % de la cosecha perecedera se almacena de forma adecuada en un ambiente de temperatura controlada, en comparación con el 90 % en la Unión Europea, de manera que un tercio de los productos perecederos se desperdicia. Este hecho impide que el continente africano sea autosuficiente desde un punto de vista alimentario y que pueda abrir canales reales para la exportación. Es por eso, que para el almacenamiento y la conservación de alimentos frescos se requiere de ideas e inversiones que puedan generar conciencia sobre la importancia de la cadena del frío en los procesos de desarrollo económico, social y cultural de las comunidades locales.
Un correcto funcionamiento de la cadena de frío supondría estos beneficios para los países africanos:
Reducción de la pérdida de alimentos
Un buen sistema de frío nos garantiza la seguridad y conservación óptima de un producto, por lo que se reducen las pérdidas de alimentos obtenidas después de una cosecha. Además, también ayuda a ahorrar agua y otros recursos necesarios que se destinan muchas veces a producir más cantidad de alimentos para atender la cosecha perdida.
Creación de empleo
La industria de la cadena de frío es un campo que está creando muchos puestos de trabajo. Esto incluye oportunidades laborales tanto directas como indirectas: desde operativos de almacén, conductores y analistas de sistemas hasta repartidores. Por lo tanto, con los negocios de la cadena del frío que se han vuelto innovadores al adaptarse a la dinámica de la industria alimentaria y a las necesidades de los consumidores, se fomenta el empleo.
Conservación medioambiental
Según datos de la Comisión Europea, la población mundial desperdicia un tercio de los alimentos producidos. Esto da como resultado un uso innecesario de la tierra y una emisión de carbono desperdiciada que contribuye en gran medida al cambio climático. A diferencia de los países desarrollados donde el desperdicio alimentario se produce principalmente en los hogares, en los países en vías de desarrollo la mayor parte del desperdicio de alimentos no es con el consumidor, sino con el almacenamiento de los alimentos después de la cosecha. Por lo tanto, si se invierte en estos países en tener una cadena del frío eficiente, ayudarán a reducir los efectos del cambio climático.
Desarrollo económico, social y cultural
La implantación de una estructura para la cadena de frío promueve procesos de desarrollo económico, social y cultural de las comunidades locales, generando una mayor disponibilidad de productos y oportunidades laborales.
La tercera edición del Manni Group Design Award tiene lugar en uno de los escenarios agrícolas más prósperos de África. Acorde con los objetivos de las Naciones Unidas, Inspirafarms se dispone a realizar un centro tecnológico y cultural destinado a dar respuesta a los desafíos globales de las cadenas alimentarias: el Ghana Innovation Farm. En dicho centro, un sistema de infraestructuras y un centro de formación compartirán conocimientos y tecnologías con la población local para satisfacer sus necesidades elaborando estrategias para hacer sus actividades más competitivas y nuevas modalidades para crear empleo y oportunidades, sobre todo para las mujeres jóvenes y los sectores más vulnerables de la población.
Información práctica sobre el MGDA 2021
Premio Manni Group Design Award: 20.000 €
Participación: pueden participar personas o equipos de arquitectos de cualquier nacionalidad, siempre que al menos un miembro sea menor de 35 años.
Fecha límite de presentación de documentos: 19 de enero de 2022
Fecha límite “Early bird”: 14 de noviembre de 2021
Fuentes de información
Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación
Programa de las Naciones Unidas para el Medioambiente
Greenpeace
World Wildlife Fund
Comisión Europea
Parlamento Europeo
InspiraFarms
Young Architects Competitions