Mientras que en el pasado una instalación frigorífica era considerada simplemente una maquinaria capaz de reducir o atenuar la temperatura en el interior de un determinado lugar transfiriéndola a otro lugar, incluso a zonas de proximidad inmediata, la concepción moderna de la cámara frigorífica ha cambiado radicalmente: ¿por qué desperdiciar aquello que puede ser recuperado y reutilizado en todo o en parte?
Por este motivo, a día de hoy cada espacio para el frío dispone de algunos intercambiadores de calor que recuperan la energía térmica del gas refrigerante y lo almacenan en el interior de depósitos de acumulación, para que pueda ser utilizado en caso necesario.
De hecho, en el momento en que se produce frío, necesariamente se obtiene del calor un residuo que hace un tiempo se dispersaba en el ambiente. En cambio, en la actualidad se ha centrado la atención en el aspecto del ahorro energético de la instalación, justamente desde un punto de vista de reducción del consumo eléctrico primario y de recuperación de la energía térmica. Al evitar la dispersión térmica de una cámara frigorífica, por tanto, se permite su optimización desde el punto de vista energético, y también económico.
¿Cómo recuperar el calor de una instalación frigorífica?
Para recuperar el calor producido del sobrecalentamiento del gas a alta presión se utiliza un desrecalentador: el gas procedente del compresor de la cámara frigorífica, al pasar a través del desrecalentador, cede parte de su propia energía al agua, y que por tanto no es arrojado hacia al exterior. Esto permite la producción de agua caliente que puede ser destinada a uso sanitario o para el tratamiento termohigrométrico del aire.
Cuando existe la necesidad de flujos de agua mayores es necesario, en cambio, hacer uso de un intercambiador de agua conectado antes del condensador: gracias a una válvula de tres vías colocada en el circuito de refrigeración, el gas refrigerante durante la condensación cede su calor al agua. Gracias a este método, la cantidad de agua caliente que se puede obtener es tan importante que se puede utilizar también para la calefacción.
¿Y qué sucede cuando no hay una correspondencia entre la disponibilidad de energía térmica o frigorífica producida y la demanda de utilización?
“Si no se solicita – explica el Ingeniero Pierfrancesco Fantoni, profesor del Centro Studi Galileo – la energía producida no puede ser recuperada y por tanto, se disipa en el interior del condensador de la instalación frigorífica. Para poder mejorar la entidad de la recuperación es necesario hacer uso de depósitos de acumulación de calor, que permiten el almacenamiento de energía en los momentos en que no hay una correspondencia entre producción y consumo. De este modo, la utilización de tales depósitos de acumulación acoplados a los recuperadores de calor permite poder disponer de manera continua de la energía derivada de la instalación frigorífica, incluso cuando esta no esté en funcionamiento".
Descubre todos los productos Isopan específicamente estudiados para las instalaciones frigoríficas, como los paneles sándwich Isofrozen e Isofrozen HT (enlace), así como la excelencia del aislamiento de Leaf (enlace), la nueva tecnología de Isopan para un perfecto aislamiento y un insuperable ahorro económico.