El consumo de energía y los sistemas aislantes son aspectos fundamentales en cualquier proyecto de construcción, ya se trate de nuevas construcciones o reformas, las prestaciones térmicas y, por consiguiente, el confort son objeto de evaluación e intervenciones específicas.
Construcción, consumo e impacto medioambiental
Se prevé que el patrimonio de construcción global se doble antes de 2060. El mundo está viviendo la mayor oleada de crecimiento de la historia humana y más de la mitad de la población mundial ya está concentrada en las áreas urbanas.
Para 2060, dos tercios de la población, que, por ahora, se prevé que alcanzará el umbral de los 10 mil millones, vivirá en las ciudades. Para afrontar este crecimiento extraordinario, la previsión es que la superficie del parque inmobiliario aumente 230 mil metros cuadrados, lo que significaría el doble de la actual, como añadir una Nueva York entera cada mes durante 40 años.
*Esta información procede de la página de la organización sin ánimo de lucro Architecture 2030, fundada por el arquitecto Edward Mazria.
Por tanto, es fundamental que las nuevas construcciones se diseñen para cumplir los estándares huella de carbono cero.
Aislamiento térmico y dispersiones
A menudo, los edificios se caracterizan por un consumo de energía notable. Una de las causas más frecuentes es la dispersión térmica, debido a un aislamiento inadecuado y la presencia de puentes térmicos.
Las fachadas, la cubierta y la estructura ofrecen una gran superficie de dispersión del calor cuando no están diseñados y construidos correctamente. De hecho, son superficies que entran en contacto con diferentes temperaturas y niveles de humedad.
Por eso uno de los métodos más eficaces e inmediatos para intervenir a favor del ahorro energético es el aislamiento del revestimiento. Intervenir en la estratigrafía de las superficies opacas con el uso de materiales aislantes puede mejorar las prestaciones higrotérmicas de un edificio y aumentar el confort percibido por los usuarios en su interior.
La estanqueidad térmica de un edificio depende estrictamente del aislamiento. De hecho, para mantener una constancia térmica en los ambientes, es necesario reducir los intercambios de temperatura entre el exterior y el interior.
Este equilibrio, que se obtiene con soluciones de construcción adecuadas, también evita la aparición de fenómenos de condensación y moho.
Aislamiento y eficiencia energética
Un ambiente más cálido en invierno y más fresco en verano. Este es el objetivo que se busca en el interior de los edificios. Para lograrlo, se deben de tener en cuenta dos aspectos cuando se afronta el tema del ‘aislamiento térmico’: el cuidado del medio ambiente y el ahorro
Por tanto, intentando mantener la temperatura y el grado de humedad internos lo más constantes posibles, independientemente de las condiciones atmosféricas externas, se consigue reducir el uso de sistemas de calefacción y refrigeración, con el consiguiente ahorro en consumo energético.
Las ventajas de la inercia térmica
La inercia térmica, que se obtiene gracias a un aislamiento adecuado, comporta dos efectos: el desfase térmico y el amortiguamiento. De hecho, es el resultado del efecto combinado de la acumulación térmica y de la resistencia térmica de la estructura y actúa retrasando y reduciendo el impacto de las ondas térmicas.
El desfase térmico es el período de tiempo que transcurre desde que se registra la temperatura máxima en la superficie externa del material de construcción y el momento en el que la onda térmica alcanza la superficie interna del material. Gracias al efecto de amortiguamiento, la misma onda se presentará en la superficie interna de la pared con una intensidad inferior.
Cuando se logra obtener un desfase de 12 horas, se obtiene el mejor resultado. De esta manera, el calor adquirido durante el día se libera en las horas nocturnas, cuando la temperatura externa disminuye.
Por tanto, la solución más eficaz prevé la realización de estructuras opacas verticales con un buen equilibrio entre aislamiento térmico y inercia térmica para satisfacer las diferentes necesidades de confort y bienestar durante cada estación del año.
¿Te gustaría tener un edificio con cubiertas y fachadas más eficientes, seguras y sostenibles?