Durante el desarrollo de la segunda mesa de debate de la jornada “OFFSITE = GREEN?”, organizada por Isopan y Manni Green Tech, los expertos coincidieron al señalar los beneficios de la construcción industrializada frente al modelo convencional. A lo largo de “La experiencia de los promotores en la edificación offsite”, Juan Manuel Borrás, director de operaciones de Culmia; Cástor González, CEO de Circular Capital (Grupo Construcía); Rosa Peña Alonso, directora general de operaciones de Vía Ágora y José María Quirós, delegado de industrialización de AEDAS Homes, recalcaron las numerosas ventajas que supone la implantación de la industrialización en el sector de la construcción, destacando el ahorro de energía y de recursos materiales, así como la mejora en la salud de las personas y en la calidad de las viviendas.
Los tres pilares de la construcción industrializada
A nivel medioambiental, Juan Manuel Borrás señaló que la construcción industrializada permite reducir las emisiones de CO2 en la atmosfera, así como la optimización de los materiales, lo que puede traducirse en la generación de menos residuos. Por su parte, José María Quirós defendió la apuesta por la industrialización basándose en los resultados obtenidos al medir y comparar los dos modelos constructivos ya que, según sus datos, el consumo energético que supone la fabricación de viviendas industrializadas frente al modelo convencional es de un 65% menos.
En términos económicos, los promotores coincidieron al apuntar que la construcción industrializada puede acarrear un coste inferior frente a la construcción convencional en referencia tanto a su fabricación como a lo que supone su mantenimiento. Cástor González aludió a la industrialización como una metodología capaz de potenciar la implementación de la economía circular en el sector de la construcción, gracias principalmente a las ventajas que representan el uso de herramientas y de tratamientos alternativos.
La sociedad, descrita durante el debate como el tercer pilar en el que se apoya la defensa de la construcción industrializada, empieza por contemplar la mejora en las condiciones laborales de la mano de obra. Para Rosa Peña Alonso y Juan Manuel Borrás, la generalización de la construcción industrializada puede significar la creación de puestos de trabajo para grupos demográficos a los que el sector expulsa e incluso rechaza, como son los jóvenes y las mujeres. Rosa Peña Alonso abogó por traducir la construcción seriada en una mayor estabilidad económica y geográfica para la mano de obra, así como en nuevas posibilidades de desarrollo en un sector emergente. Asimismo, Juan Manuel Borrás indicó que la industrialización preserva la salud de los trabajadores, ya que los índices de accidentalidad en fábrica son menores que en obra.
Cómo vender la construcción industrializada al cliente
Tradicionalmente, el cliente –al que los promotores describen como un ente “cada vez más complejo”- parecía no mostrarse interesado por la sostenibilidad cuando se le presentaba la oportunidad de comprar una vivienda industrializada. De hecho, los resultados de las encuestas realizadas por las empresas promotoras solían mostrar que los parámetros más importantes para los clientes a la hora de comprar una vivienda eran siempre el precio y la ubicación, dejando la eficiencia energética en una posición intermedia. Sin embargo, tanto Juan Manuel Borrás como José María Quirós creen que la subida de los precios de la energía puede dar paso a un nuevo paradigma en el que el cliente empieza a ser interpelado por la certificación de eficiencia energética de su vivienda.
Rosa Peña Alonso, que también detecta cómo el cliente se muestra cada vez más sensible en materia de sostenibilidad cuando esta puede impactar positivamente en su bolsillo, es partidaria de venderle el producto al cliente destacando tanto la calidad como las cualidades de sus materiales. Mientras, Cástor González defiende que la sostenibilidad no es un argumento de venta que se le deba presentar al cliente. Desde su punto de vista, la sostenibilidad forma parte del ADN de sus productos y, por lo tanto, es algo innegociable.
A los ponentes también se les planteó la industrialización como una posibilidad a la hora de rehabilitar el parque inmobiliario español, sobre todo teniendo en cuenta las previsiones del volumen de viviendas que se necesitarán en el país de aquí a 15 años. Cástor González, que cree que este es un campo todavía por explorar, prefirió utilizar el término “regeneración”, ya que cree que está más alienado con los principios de la economía circular basados en preservar y mejorar la eficiencia de los recursos ya existentes. Asimismo, Juan Manuel Borrás señaló que gran parte de ese volumen de viviendas todavía por cubrir podría alcanzarse gracias a los componentes utilizados en la industrialización.