Las islas de calor urbanas son uno de los problemas a los que se enfrentan las grandes ciudades, ya que aumentan la temperatura de estas zonas. Una de las soluciones para contrarrestar los efectos de este fenómeno son los techos fríos.
Consisten en un sistema de cubiertas elaborado con materiales o recubrimientos que se caracterizan por tener un alto albedo, es decir, una alta capacidad de reflejar la irradiación de los rayos solares que inciden en la superficie. Esta propiedad ayuda a reflectar la luz solar y el calor lejos de los edificios, hecho que permite mantener una temperatura más baja dentro estos.
Otra característica a destacar de los techos fríos es que poseen una alta emisión térmica. Esto significa que tienen una alta capacidad para irradiar un alto porcentaje de la energía solar absorbida. Esta cualidad juega un papel importante, particularmente, en climas cálidos y soleados.
Todas estas propiedades ayudan a los techos a absorber menos calor y a permanecer más fríos que los materiales convencionales. Además de reducir el efecto de la isla de calor urbana, los techos fríos aportan más beneficios:
Para realizar techos fríos resistentes e impermeables con excelentes prestaciones, se pueden emplear los paneles sándwich Isodeck PVSteel, que tienen un revestimiento anti-UV, capaz de reflejar parte de la radiación solar. A estos elementos, en fábrica, se le añade además una capa exterior para mejorar las prestaciones de reflexión solar. Se trata de una membrana ultra-fina desarrollada por Renolit que protege la superficie externa de los paneles e incrementa su capacidad de reflexión solar y emisividad hasta un 62%. Con ellos se reduce la temperatura de cubierta, los aislantes rinden mejor y se consigue un mayor ahorro energético en el edificio.