En respuesta a la ola ecologista que envuelve todas las actividades humanas, también han surgido varios sistemas para evaluar la sostenibilidad de los edificios.
Uno de los más conocidos y extendidos a nivel internacional es la certificación Leadership in Energy and Environmental Design (LEED)
El desarrollo de nuevas tecnologías y productos para la eficiencia energética, así como las normas y códigos para edificaciones de bajo impacto, son prueba de la atención prestada a la sostenibilidad medioambiental.
Para mantenerse al día de este desarrollo verde, los sistemas de certificación, como LEED, son objeto de continuas revisiones y actualizaciones para mantenerse siempre en línea con el progreso del mercado.
Además, dado que LEED es una certificación internacional, las disposiciones del sistema de calificación también se adaptan a las técnicas de construcción nacionales.
La certificación LEED es voluntaria. Es el resultado de una elección que debe hacerse antes de iniciar un proyecto, ya que determina el camino que seguir durante todas las fases de construcción, desde la concepción hasta la construcción y el mantenimiento del edificio.
La posibilidad de obtener los créditos necesarios para recibir la certificación está directamente relacionada con la gestión del proyecto. El éxito solo es posible si se establece un método integral.
Desde el inicio, es necesario que los profesionales responsables de las distintas fases del proyecto trabajen en equipo. El trabajo en equipo permite desarrollar sinergias que pueden conducir a mejores resultados y, al mismo tiempo, incrementan la posibilidad de obtener los créditos necesarios para la certificación. Habitualmente, un edificio LEED requiere ser pensado como un todo en cada uno de sus aspectos y sistemas.
LEED exige que el coste del edificio se evalúe a lo largo del tiempo, además de los costes iniciales, también los operativos y los de mantenimiento. Como contrapartida a este valor, se tendrá en consideración el impacto medioambiental y social del proyecto.
El sistema de calificación LEED se basa en el cumplimiento de una serie de prerrequisitos y la obtención de créditos en cada una de las siete categorías de rendimiento, lo cual permite obtener un edificio integrado con el medio ambiente, eficiente y confortable.
Sitios sostenibles
Como ya se ha mencionado, en la certificación LEED, el entorno en el que se inserta un edificio es fundamental. La integración armónica en el ecosistema y en el sistema urbano resulta necesario para reducir al mínimo el impacto de la construcción. De especial importancia es la gestión de las aguas pluviales.
En el caso de áreas comprometidas desde el punto de vista medioambiental, también se deben tomar medidas de recuperación. La proximidad a sistemas de trasporte sostenibles es otro elemento que influye sobre la evaluación.
Uso eficiente del agua
Esta sección trata sobre la gestión de los recursos hídricos, tanto en lo que, referido al uso, que debe ser racional, como a su eliminación, que debe tener el menor impacto posible sobre el sistema público de saneamiento.
Además del ahorro de agua potable, resulta fundamental la recuperación de agua para el riego de zonas verdes.
Energía y atmósfera
De acuerdo con el enfoque LEED, reducir el consumo energético de las edificaciones es un objetivo importante en términos de sostenibilidad.
No solo se trata del consumo utilizado para la calefacción y la refrigeración, sino también para la iluminación, la producción de agua caliente sanitaria y la gestión del edificio.
Es posible obtener créditos adicionales si el suministro de energía procede de fuentes renovables e inagotables.
Materiales y recursos
La elección de los materiales constructivos de los edificios se debe realizar desde la óptica de la economía circular y el ciclo de vida. Además, durante la fase constructiva, es necesario realizar una recogida selectiva y reducir al mínimo residuos de materiales no reciclables.
Calidad ambiental interior
Esta categoría se centra en el bienestar de los usuarios del edificio y se refiere a la calidad del ambiente interior. Los prerrequisitos se basan en la calidad del aire y su correcta renovación, así como en el control de humos.
También es importante la iluminación natural de las estancias y la posibilidad de disponer de vistas al exterior.
Innovación en el diseño
A pesar de que se indican los objetivos que se deben alcanzar en las diferentes categorías, el sistema LEED deja una amplia libertad en cuanto a la forma de alcanzarlos. Este apartado identifica e incluso premia la innovación en el diseño para la sostenibilidad.
Prioridad regional
Entre los objetivos de la construcción sostenibles indicados por la certificación LEED, existe una sección que prevé la mejora de los elementos del territorio local.
De hecho, el sistema se adecua a las peculiaridades ambientales y constructivas del país en el que se adopta.
Para obtener en España la certificación LEED, desarrollada por el US Green Building Council, el primer paso consiste en registrar el proyecto a través de internet en GBC España https://gbce.es/.
Para cada prerrequisito y crédito que se quiera obtener, será necesario recopilar la documentación requerida y enviarla al GBCE.
Esta documentación será examinada para evaluar la coherencia de las soluciones adoptadas con los créditos que se pretende obtener.
Durante la fase de construcción, se cubrirán y enviarán formularios diseñados para evaluar los criterios identificados en la fase previa. Al final de este procedimiento, el GBCI determinará el efectivo cumplimiento de los objetivos y cualquier posible modificación realizada.
Para obtener la certificación se deben cumplir los prerrequisitos y un número mínimo de créditos.
El coste de la certificación depende de la superficie real del inmueble. Dependiendo del tipo de edificación, también se puede pagar una cuota de inscripción.
Todos los proyectos que obtengan la aprobación LEED, reciben un certificado de reconocimiento.