Desde la segunda posguerra del siglo pasado hasta inicios del siglo XXI, la mayoría de las empresas constructoras en España se especializaron en la realización de construcciones de hormigón armado (o más bien utilizando bloques cerámicos), caracterizadas por el uso de armazones de hormigón armado y revestimiento de ladrillo para los elementos constructivos verticales, mientras que para los horizontales, la mayoría utilizaba sistemas de vigas de hormigón armado aligeradas (encasetonadas) con ladrillo o poliestireno. Esta forma de construcción, que sustituyó la construcción masiva en mampostería portante, nació de la necesidad de industrializar la construcción y dar una respuesta «cuantitativa», y que la industria del ladrillo de cemento aprovechó al máximo.
Sin embargo, con el paso del tiempo, las limitaciones se han hecho cada vez más evidentes: dando lugar a ciertas vulnerabilidades:
Hoy se observa una oferta tecnológica cada vez más diversa y de mayor calidad, que basa su fuerza en el rendimiento y la precisión del proyecto. Cada vez más empresas invierten en prácticas más avanzadas, mediante la aplicación de sistemas en seco de acero, que utilizan una forma diferente de diseñar y construir respecto a lo que en España se conoce como «tradicional», basado en sistemas de aglomerante hidráulico.
Mientras que estos aprovechan la gravedad y se componen por adición vertical: bloque sobre bloque, encofrado y relleno, que requieren tiempos de producción y fragüe en la obra; los sistemas de construcción en seco ven la obra simplemente como un lugar de montaje, para la adición horizontal de grandes estructuras y la unión de elementos ya existentes, que han sido prefabricados industrialmente en otro lugar, de un modo controlado y de acuerdo con los máximos estándares de calidad.
Hoy en día, la construcción en seco es una de las posibles opciones y resulta útil distinguir entre ensamblaje en seco y construcción estratificada en seco.
En el primer caso, típico de los muros cortina, paneles sándwich y sistemas mecánicos, la fijación normalmente se realiza con pernos o tornillos y los elementos se dejan visibles y reconocibles.
En contraposición, en el segundo caso se utilizan paneles, perfiles para estructuras para montaje (ya sea de envolvente interna como externa, normalmente de acero prensado), tejidos técnicos, revestimientos aislantes, etc., que, en conjunto, definen diferentes capas con un rendimiento individual y agregado preciso, resultado de una cuidadosa planificación de su rendimiento.
Desde el punto de vista arquitectónico, se puede proponer una morfología «mimética», donde la tecnología permanece «invisible», o una morfología claramente más libre, capaz de resaltar, tanto los volúmenes como las superficies y materiales utilizados. Por lo tanto, el arquitecto, el proyectista y el cliente tienen la máxima libertad expresiva a diferencia de lo que ocurría con la prefabricación de los años 70.
Con respecto a las acciones energéticas, externas e internas, las construcciones en seco son edificaciones sensibles, incluso «activas». Los fenómenos físicos relacionados con las tensiones externas generan respuestas en las estratificaciones en seco seguidas de un comportamiento reactivo (en el sentido de «acción-reacción»), que aprovecha la elasticidad del conjunto o la estructura molecular de los materiales individuales utilizados y que difiere respecto a la inercia típica de las soluciones masivas, ya sean de mampostería como de bloques cerámicos. A las prestaciones de una sola capa se suman las que se deben a la agregación de diferentes capas según los efectos de superposición.
Pensemos en la industria aeroespacial, naval, automotriz o, incluso, en la de telecomunicaciones, donde un teléfono inteligente puede ofrecernos servicios ahora inimaginables hace cinco años. Por lo tanto, ha llegado el momento de que, incluso el sector de la construcción, disponga de productos más inteligentes, en consonancia con los tiempos y las necesidades de los usuarios y el medio ambiente. La construcción estratificada en seco, basada en las tecnologías del acero, coincide plenamente con el camino evolutivo que exige nuestra forma de vida.
Para saber más:
Puente térmico: no es más que una zona concreta de la envolvente térmica, en la que existe una discontinuidad, de modo que el flujo de calor entre el interior y el exterior es diferente, casi siempre mayor que el resto de las estructuras, lo que provoca puntos fríos.
Construcción en seco: se trata una técnica constructiva en la que la estructura del edificio se realiza mediante la unión de dos o más componentes diferentes. En el ensamblaje en seco, los componentes se unen mediante sistemas de fijación mecánica y se mantienen unidos mediante una lógica constructiva precisa que no utiliza materiales de unión que se consolidan después del montaje, como adhesivos y selladores.
Active House: son edificaciones que no se limitan a satisfacer autónomamente todas las demandas energéticas (térmicas o eléctricas), sino que, utilizando fuentes de energía renovables exclusivamente (fotovoltaica, solar térmica, eólica, etc.) son capaces de producir una cantidad de energía superior a la que necesitan para cubrir sus propias necesidades.