Cuando hablamos de contaminación, regularmente nos referimos a la contaminación atmosférica, hídrica o por desperdicios. Sin embargo, no es la única que tiene efectos negativos para los seres vivos. La contaminación acústica, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es uno de los factores ambientales que también provoca problemas de salud considerables.
La contaminación acústica, que parece invisible, puede generarse de múltiples fuentes como maquinaria pesada comúnmente en fábricas o plantas, el ruido de los animales en las calles o incluso en las granjas y avícolas, donde ellos mismos se ven perjudicados por la reverberación de las estructuras donde permanecen resguardados, así como el tráfico de automóviles, vehículos de carga e incluso aviones.
Las soluciones son pocas, pero si se implementan adecuadamente, pueden generar buenos resultados. La absorción acústica y el aislamiento acústico son dos soluciones funcionales, paralelas entre sí, pero involucradas en un mismo tema: la reducción de la contaminación acústica.
En la construcción, para lograr un aislamiento que garantice el bienestar acústico ambiental, es necesario actuar en ambos sentidos.
La absorción acústica se logra con materiales generalmente porosos, que absorben las ondas sonoras y las transforman en energía cinética. La capacidad de absorción de sonido creada por el aire entre las fibras o poros dispersa parcialmente la energía sonora. Cuando las ondas sonoras viajan a través del aire y golpean las superficies, se genera una vibración. El movimiento de la vibración genera fricción, que a su vez se convierte en calor. Por esta razón, materiales como la lana mineral, que funcionan como fonoabsorbentes, suelen ser buenos aislantes térmicos.
El aislamiento acústico se caracteriza por reducir la potencia o "volumen" sonoro transmitido por una fuente. Los materiales de alta densidad y peso específico elevado, como el plomo o el mármol, logran la reducción de ruido, pero no son soluciones óptimas en la construcción ya que generan sobrecarga en la estructura.
Es importante distinguir entre ambas soluciones, dependiendo de si se pretende asegurar una buena calidad de sonido dentro de una habitación o evitar que el sonido se propague de una habitación a otra.
El poliuretano como núcleo esencial y alma del panel aislante, ofrece destacadas capacidades acústicas debido a su estructura celular cerrada, que ayuda a reducir la transmisión de sonido. Este material es particularmente eficaz para ciertos niveles de aislamiento acústico en construcciones debido a su capacidad para amortiguar el ruido aéreo y estructural. Además de su eficacia acústica, el poliuretano es también un excelente aislante térmico, lo que lo convierte en una opción versátil y eficiente para mejorar el confort y la eficiencia energética de los edificios.
IsoCindu, en su gama de soluciones, propone paneles aislantes que resuelven el problema combinando la capacidad de los materiales insonorizantes y los materiales fonoabsorbentes, aplicables a cualquier proyecto. En el caso del poliuretano, se encuentra como opción de fabricación en todos los productos de cubierta y fachada, en Isocop, Isoparete e Isobox.
En el caso del aislamiento con lana mineral, con la máxima eficiencia en aislamiento acústico, Isocindu cuenta con Isofire Roof fono para muro e Isofire Wall fono para techo son paneles con núcleo de lana mineral, capaces de crear fonoabsorcion gracias a dos factores: su cara interna microperforada, que trabajando junto con la lana mineral, absorbe el ruido. Además, ofrecen la facilidad de elegir diferentes espesores de panel y machihembrados para generar un mejor aislamiento acústico.