La cubierta es uno de los elementos constructivos fundamentales de cualquier edificio, tanto desde el punto de vista funcional como estético. Por ello, es posible encontrar cubiertas que presenten diferentes conformaciones geométricas (cubiertas planas, inclinadas) y que se fabriquen con innumerables opciones de materiales, ya que son aspectos muchas veces relacionados directamente con el lugar en el que se construye el edificio. Mientras que en las zonas frías y lluviosas es habitual construir cubiertas inclinadas pensadas para evacuar el agua y la nieve, en los países cálidos es mucho más común utilizar cubiertas planas.Por otra parte, la arquitectura contemporánea ha hecho de la cubierta plana un sinónimo de modernidad, utilizándola como un elemento formal que en obra es capaz de aportar líneas limpias y minimalistas.
Las cubiertas planas tienen varias ventajas si se comparan con las cubiertas inclinadas tradicionales:
La elección de la cubierta plana requiere de planificación y de un estudio técnico realizado por especialistas. La instalación de la cubierta plana debe garantizar su cierre hermético horizontal, tanto en términos físicos, para impedir la entrada de agua y de otros agentes atmosféricos, como en términos de aislamiento térmico, para minimizar las pérdidas de calor durante el periodo invernal y el aporte de calor de la radiación solar durante los meses más cálidos.
Por lo tanto, es necesario diseñar y realizar un estudio estratigráfico para la cubierta. Generalmente, la cubierta consta de las siguientes partes:
La cubierta forma parte de la envolvente del edificio y es el elemento más sometido a la acción de los agentes atmosféricos. Por estas razones, es fundamental realizar un estudio en profundidad de sus solicitaciones físico-mecánicas y térmicas.
La presencia de puentes térmicos y un cuidado insuficiente en el diseño de la estratigrafía hacen que el rendimiento de la cubierta sea insuficiente en los siguientes aspectos:
En relación con la cuestión del aislamiento térmico, además de cumplir con el aspecto normativo que impone valores específicos de transmitancia térmica para las cubiertas, la presencia de una cubierta con altas prestaciones permite reducir las necesidades energéticas del edificio durante todo el año, lo que redunda en la máxima de conseguir un edificio más sostenible.
El espesor y, por consiguiente, el rendimiento de la capa de aislamiento térmico de la cubierta, se calcula y se verifica de acuerdo con las disposiciones reglamentarias, que imponen un rendimiento que engloba todo el paquete que conforma la cubierta. Inevitablemente, al tratarse de una cubierta transitable, el panel debe contar también con una elevada resistencia a la compresión.
Para evitar la creación de condensación causada por la diferencia de temperatura, se recomienda la aplicación de un revestimiento impermeable con resistencia al paso del vapor de agua, que se coloca cerca del material aislante en el lado cálido, creando así una barrera al vapor.
La capa de impermeabilización, necesaria para proteger el aislamiento y la estructura del contacto con el agua, debe tener una gran resistencia mecánica y elasticidad con el fin de absorber todas las tensiones externas. Según la posición que ocupe el revestimiento impermeabilizante en la cubierta, podemos encontrar las siguientes tipologías:
Finalmente, está el pavimento, que se coloca sobre las capas inferiores y que se dota de las características arquitectónicas más adecuadas para cada proyecto.
Una estrategia especialmente eficaz en términos de rendimiento de las cubiertas es la creación de cubiertas verdes intensivas o extensivas, que pueden contribuir a mitigar el impacto de la temperatura exterior, un aspecto incorporado en los requisitos para conseguir certificaciones de calidad medioambiental de los edificios (por ejemplo, LEED). Las superficies verdes reducen drásticamente la temperatura superficial, reduciendo así también el efecto de las llamadas “islas de calor”. Además, las cubiertas verdes también son capaces de retener hasta el 80-90% de las precipitaciones y liberar el 90% del exceso de agua.
Los productos de Isopan permiten construir cubiertas planas utilizando técnicas innovadoras de construcción en seco y utilizando paneles sándwich aislantes con elevadas prestaciones. El producto que se utiliza principalmente para estos proyectos son los paneles Isodeck PVSteel, formados por dos láminas metálicas, una exterior plana recubierta con láminas de PVC o TPO, y una interior, que se caracteriza por tener un perfil ondulado y que normalmente se orienta hacia abajo.
Estos paneles están dotados de una gran resistencia mecánica, mientras que la capa preadherida directamente durante la fase de producción garantiza una alta capacidad de impermeabilización. En función del modelo elegido, el aislamiento térmico se realiza con lana mineral (Isodeck PVSteel MW) o espuma de poliuretano (Isodeck PVSteel PU). En cuanto al montaje de los paneles, Isodeck PVSteel está equipado con una junta machihembrada, que agiliza y facilita el ensamblaje de un panel con otro adyacente.
Con esta solución, Isopan ofrece una gama de sistemas eficientes para proyectar y construir cubiertas ligeras capaces de adaptarse a las exigencias de cada proyecto, como la posibilidad de diseñar azoteas con placas fotovoltaicas.
Para cubiertas planas, Isopan también ha desarrollado las cubiertas verdes GreenROOF, que se instalan sobre paneles sándwich aislantes Isodeck PVSteel, aptos para cubiertas planas, que cuentan con componentes drenantes y filtrantes. Las cualidades aislantes del sistema GreenROOF permiten reducir significativamente las necesidades energéticas del edificio, lo que se traduce en temperaturas interiores más bajas en los meses cálidos, y la conservación del calor interior durante el invierno.
El diseño de GreenROOF cumple con los requisitos de la norma UNI 11235 en relación al grado de permeabilidad, la capacidad para retener el agua recogida, la eliminación del exceso de agua, la presencia de oxígeno y el nivel de fertilidad del sistema.